EUROPA
PRESS
9 enero
2022
La
testosterona, a examen: por qué se la llama la 'hormona de la vida' pero
también 'la más controvertida'
No nos equivoquemos: la testosterona es
una hormona liberada tanto en hombres como en mujeres. Siempre la asociamos con
las características que proporcionan la masculinidad a los hombres, como el
carácter, la voz grave, el impulso sexual, o la musculatura y la fuerza. Pero
su 'poder' va más allá y no solo actúa sobre el sexo masculino.
De hecho, cumple numerosísimas misiones en nuestro
organismo, y no solo en la esfera sexual. De ahí que, el doctor Antonio
Hernández, médico especialista en Medicina Estética y Antienvejecimiento y
fundador de la Clínica Keval+ (Valencia), hable en su libro 'Testosterona'
(Alienta Editorial), de "la hormona de la vida", pero también, de la
"hormona más controvertida".
Cuenta concretamente en una entrevista con Infosalus que en
los hombres se libera en los testículos y en las glándulas suprarrenales,
mientras que, en las féminas en la capa externa de sus ovarios, pero también en
las cápsulas suprarrenales. ¿La diferencia? Se encuentra en las proporciones,
pero ambos sexos cuentan con testosterona.
Precisa que en el hombre las concentraciones son de hasta
10-15 veces superiores en las mujeres. "Tanto la
testosterona, como la progesterona o los estrógenos se encuentran en ambos
sexos. Son hormonas cruciales para la correcta salud física y emocional tanto
de la mujer como del hombre, pero lo que difieren es en las
concentraciones", detalla.
Entonces, ¿cuáles son sus funciones? "Mantener
adecuadas concentraciones de testosterona en sangre resulta necesario para el
buen funcionamiento del sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, los
huesos, o un equilibrado estatus cognitivo y emocional. Tener adecuadas
concentraciones de testosterona en sangre permitirá que el desarrollo del
síndrome metabólico, de la diabetes tipo 2, de patologías cardiovasculares o
neurovasculares sean mucho menor", defiende en la introducción de su
libro.
Así, y en primer lugar, en una conversación con Infosalus
explica el papel que la testosterona cumple a la hora de preservar la
musculatura y la densidad mineral ósea, tan vital en el caso de la mujer con la
menopausia, donde ronda la osteoporosis, pero también en el hombre, quien de
igual forma que en la mujer, corre el riesgo de desarrollar sarcopenia o
pérdida de masa muscular con la edad.
Es vital igualmente, según prosigue, para el correcto
funcionamiento del metabolismo en esta era de síndrome metabólico, de obesidad,
de diabetes tipo 2, en definitiva, de patologías cardiovasculares.
"Evidentemente es vital por el clarísimo impacto
alrededor de la esfera sexual tanto en hombres como mujeres, y aquí hablamos
del impacto positivo a partir de la mediana y tercera edad, donde impacta en la
autoestima, en el control de las emociones y en la predisposición a procesos
ansioso-depresivos", recalca el doctor Hernández.
Es más, remarca el impacto indirecto que ejerce sobre las
personas: "Cuando estas mejoran diferentes áreas fisiológicas, es decir,
cuando una persona por tener más fuerza o masa muscular puede volver a hacer su
actividad cotidiana que había dejado de hacer, tiene también más capacidad de
hacer vida social porque a su vez su sistema inmune es también más fuerte, la
autonomía consigo mismo y la capacidad para encarar el día a día es mayor y esto
empodera a una persona y le permite tener mejor estado de ánimo".
Recuerda que son "múltiples" los trabajos
científicos que recogen que a partir de los 40-50 en el hombre tiene lugar por
ejemplo la disfunción eréctil, mientras que en la mujer el síndrome de
anorgasmia. "En el momento en el que se recuperan las concentraciones de
testosterona al recuperar la esfera sexual y la intimidad perdida con la pareja
esto favorece mucho el estado de ánimo indirectamente y la forma de encarar el
día a día", insiste el especialista en medicina antienvejecimiento.
También influye en el sistema inmune y en nuestra longevidad
En la esfera del sistema inmune, en el que ahora estamos
todos un poco más puestos, el doctor Hernández comenta que la testosterona
influye principalmente evitando la sarcopenia antes citada: "Uno de los
grandes problemas con el paso del tiempo, con el estrés físico o emocional, y
relacionado también con problemas de desnutrición es la pérdida de masa
muscular, que impacta tanto en el correcto funcionamiento del sistema inmune,
por lo que es muy importante preservar cualquier agente que favorezca el
mantener la masa muscular".
Ahora bien, reconoce que, si se intenta hacer honor a la
literatura científica, "no hay estudios que documenten que la testosterona
genera más supervivencia a largo plazo, pero sí esta muestra que afecta a la
calidad de vida, a la prevención de la sarcopenia que hemos contado, o de
patologías que giran alrededor del metabolismo, aparte de mejorar la vida
sexual. "La testosterona nos asegura vivir mejor, no vivir más",
añade.
Un coadyuvante
¿Como darnos cuenta de que tenemos correctos nuestros
niveles de testosterona? Hernández subraya que a partir de un análisis de
sangre. Remarca aquí la importancia de que, siendo como hemos contado una
hormona tan vital y que puede prometer tantas mejorías, jamás, dada su
experiencia laboral, se puede abordar una terapia de reposición de testosterona
sin una correcta guía, ni unas pautas adecuadas de nutrición o de deporte, de
control del estrés, porque en realidad lo que hará la testosterona es camuflar
los síntomas.
"La testosterona debe ser una herramienta encuadrada
dentro de un marco general de cuidados y ser un agregado, un coadyuvante. En
pacientes con déficit de testosterona, por ejemplo, he constatado que reponer
dicha hormona a través de parches, geles o inyecciones intramusculares podía
solventar muchos síntomas asociados al envejecimiento, así como mejorar la
calidad de vida de las personas, pero por desgracia, muchas personas, que,
guiadas por la tentación de usar testosterona para cambiar su vida, han
terminado con numerosos efectos secundarios que afectan a su salud",
sostiene.